Ernestina Pereyra / Mutaciones

26 de febrero al 4 de abril de 2010

HAIR

La intervención de Ernestina Pereyra en la sala XXS, altera el espacio completamente, lo subvierte. Pereyra viene trabajando desde hace un tiempo con pelucas usadas compradas en la feria de Tristan Narvaja. Las utiliza como materia para, descontextualizándolas, generar unos objetos-cuadros. En otras ocasiones, las pelucas-fetiches, simplemente forrar bastidores. Las pelucas de Pereyra ironizan sobre la belleza artificial y ridiculizan el formato del cuadro. En esta ocasión, la artista trabaja directamente con cabello humano. Reviste todas las paredes de la sala y el techo, con “pelo”. La sala se convierte en algo de aspecto monstruoso, y aunque la intención de la artista no sea aterrorizar, se puede percibir una intención de provocación. Es como si la sala se convirtiera en una peluca que quiere tragarse al público que ingresa a la sala. También están en juego y quedan en evidencia, una serie de inquietudes autorreferenciales (la madre de la artista es peluquera) y algunas posibles pulsiones de género. El cabello humano utilizado es recolectado en peluquerías. Es un material que estaba destinado al basurero y que la artista rescata como elemento estético para construir su propio lenguaje. Más que una instalación, es una intervención, y más que eso, es una declaración de principios. Es un “no me importa nada” y “acá estoy yo” que hace que el foco se dirija hacia otros territorios, hacia más interrogantes y no a la búsqueda de sencillas respuestas.

Gustavo Tabares

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