Haroldo González / Indicios & Evidencias / Curador Santiago Tavella

Esta muestra vuelve a realizarse en el Subte luego de 11 años. Con ligeras modificaciones podemos ver hoy una instalación interactiva que invita a un recorrido atento y sensible. De forma lúdica, el artista nos invita a escudriñar en las pistas, inferir los motivos y buscar a los culpables del rapto de un artista desconocido. La posibilidad que nos brinda esta experiencia intelectual y sensible no se desliga de ciertos rasgos de ironía poética. La necesidad por descontracturar esta iniciativa no se desprende tampoco de su firme convicción crítica que se abre a problemáticas políticas profundas y sin resolver, tanto dentro como fuera del campo artístico.
Construir una parodia sobre un secuestro no es meramente algo divertido o simpático, también permite descubrir el paralelismo con esa penosa época de nuestra historia donde también los artistas eran el peligro de un sistema autoritario y brutal. En este sentido el artista es puesto como sujeto de una acción crítica, de un ser responsable y comprometido con su momento. Es por eso que volver a presentar esta muestra implica también reafirmar un tipo de actitud ética que una parte importante del Arte Contemporáneo asume como propia.