Regina José Galindo / El cuerpo como anomalía (Guatemala)

La muestra se encuentra enmarcada dentro de las políticas de inclusión y género de la Intendencia de Montevideo.

El concepto de anomalía aglutina un conjunto de significados a explorar. Podremos hablar de: irregularidad, discordancia, incompatibilidad, divergencia, desvío, malformación o alteración, por decir solo algunas de sus facetas o posibilidades. Es por esto que la anomalía es, a grandes rasgos, aquello que por sus características se distancia o diferencia de aquello que consideramos normal. Por tanto, Regina José Galindo es la expresión antropomórfica de dicho término. Es una anomalía dentro de una estructura social, que se manifiesta como sujeto político como desvío de las formas habituales de protesta. Emplea un sin número de recursos lingüísticos y simbólicos, que van desde la poesía, pasando por el sonido, la intervención urbana, el uso de objetos, el video, hasta llegar al uso del cuerpo en toda su dimensión. Su ejercicio demandante y contestatario se caracteriza por la realización de acciones performáticas donde su piel, su carne, es vulnerada y puesta al límite. Esta forma de trabajo, este tipo de ejecución genera tanto una empatía (encarnación del conflicto del otro) como una experiencia estética.

Por otro lado, una de sus estrategias consiste en ejecutar obras donde la participación grupal es protagonista, evidenciando la violencia colectiva (como ser el linchamiento), al mismo tiempo que genera un actividad participativa donde la solidaridad surge en la activación de una acción artística. Esta sutil paradoja, propia del campo del arte, permite ver al ser humano en el pleno sentido de su potencia como ser social. Por tanto es pertinente preguntarnos ¿Qué caminos debemos seguir? Es por ello que algunos artistas logran así enfatizar el carácter político del arte, y con su obra mostrar un compromiso social y humano. Por esta razón, el trabajo de Regina al ser corporal solo muestra los peligros a los que se enfrenta, los peligros a los que la sociedad la somete, sino que también nos muestra como metáfora, que el cuerpo social es vulnerable también al cambio. Individuo y colectivo se encuentran en una circularidad que deviene posibilidad. Regina José Galindo tiene una obra difícil de clasificar porque no embandera una problemática central o un discurso único.

Esta artista, inquieta y comprometida, se abre en múltiples frentes de acción, donde el poder, sin importar su origen o contexto, realiza su ejercicio violento y represivo. Expone la violencia en general, enfatizando la violencia de género sumergida en el patriarcado cultural mostrando su evidente empatía con lo femenino. Yendo de lo micropolítico, aquellos pequeños actos donde un individuo violenta a otro, a lo macro político, esos ejercicios que son articulados a nivel social y de estado, no deja lugar sin escudriñar donde su accionar político pueda incidir y reclamar una reflexión o cambio.
Su visión artística se caracteriza por una creatividad asombrosa, un compromiso con el otro y por una profunda sensibilidad donde el cuerpo, el suyo, se pone como lugar de confluencia y crisis. De esta manera la artista activa ofrece una forma de sacrificio dada su cercanía con el dolor. Hay una fuerte exposición al daño y al peligro, pero no es una puesta en escena. Si la golpean no es simulacro, si la pinchan no es ficción, la artista siempre pone en juego y activa eso que entendemos por realidad. A Regina no le interesa la violencia simbólica más que la real, aquella que de verdad viola, hiere o mata. Su uso del cuerpo también es un claro mensaje. A través del mismo se expresan modos de hacer y sentir. Regina lo lleva al extremo. Refleja a través de él, aquello que deja huellas invisibles en cuerpos sensibles. Hablar de anomalía implica hablar de aquello que es inadecuado, lo que no se adapta ni es conveniente al status quo. El trabajo de esta artista es así entonces una anomalía que no se acomoda a determinadas reglas de juego o a estados de cosas que son a su vez también anomalías en una sociedad enferma. La obra de Galindo nos ofrece una forma alternativa de denuncia, una forma distinta de ver, entender y abordar los problemas que se presentan en nuestra sociedad.